Día Mundial de la Libertad de Prensa

“Los frenos y contrapesos al poder: medios de comunicación, justicia y estado de derecho” es el lema con el que se celebra el 3 de mayo el Día Mundial de la libertad de prensa”. La celebración coincide con uno de los momentos más complicados para los medios de comunicación en España, donde la situación en Cataluña o la “ley mordaza” están poniendo en peligro la libertad de prensa. De hecho, España ha bajado dos puestos en el último año en el ranking internacional que elabora Reporteros sin Fronteras. La Asociación de la Prensa de Sevilla (APS) desarrolla durante toda la jornada una jornada en redes sociales en defensa de la profesión con la etiqueta #soyperiodista.

Según una nota pública de la Federación de Asociaciones de la Prensa de España (FAPE), “sectores radicales de independentistas y de ultraderecha han aprovechado la tensión que se vive en Cataluña para cometer actos vandálicos contra medios opuestos a sus tesis, vilipendiar e intimidar a los periodistas en las redes sociales, agredir e insultar a los reporteros durante la cobertura de las manifestaciones a favor o en contra de la independencia que se han realizado en dicha comunidad autónoma”.

La nota también señala que “el mantenimiento de la llamada “ley mordaza” sigue castigando el ejercicio libre del periodismo. A lo largo de 2017, varios periodistas y fotorreporteros han sido sancionados por la policía cuando estaban cumpliendo en espacios públicos su misión de garantizar el derecho de información de los ciudadanos”.

Para la FAPE, “libertad de prensa y libertad de expresión van unidas, porque para que la primera sea realmente efectiva es necesario que la segunda esté protegida, sobre todo en estos tiempos de proliferación de falsas noticias que buscan precisamente vaciar de contenido tales derechos para minar las bases de nuestra democracia mediante la desinformación y la injerencia en los procesos electorales”. Otra de las amenazas para el ejercicio de esos derechos fundamentales es la precariedad laboral que se vive en el sector desde hace años. “La libertad de prensa –señala la nota- también corre peligro cuando los periodistas están sometidos a contratos precarios, con salarios que impiden avanzar en un proyecto de vida o, mucho peor, cuando se les humilla con ofertas de empleo sin remuneración. Los parados de larga duración, los autónomos y los falsos autónomos, los becarios y los practicantes aparecen como la parte más perjudicada por la durísima crisis que ha afectado a nuestra profesión en la última década, reflejada en la pérdida de 12.200 empleos, una destrucción de puestos de trabajo que no está cerrada”.

La precariedad laboral genera “miedo a perder el empleo y reduce la capacidad de los periodistas para resistir las presiones”. La FAPE hace un llamamiento a editores y directores de medios porque “están obligados a ser los primeros en defender a sus periodistas de las presiones”. Las periodistas añaden a la precariedad, la desigualdad salarial que sufren “y las barreras a su ascenso profesional, a las que hay que añadir las situaciones de acoso en el trabajo y por parte de las fuentes, además del difundido en las redes, que persigue silenciar su voz”.

En el plano positivo, la FAPE aluce a las investigaciones periodísticas que han destapado casos de corrupción en España.

De cara al Día Mundial de la Libertad de Prensa, la FAPE plantea las siguientes demandas:

  • A todos los responsables del acoso a los periodistas y a los medios en Cataluña, para que cesen la irresponsable campaña de intimidación con la que tratan de imponer sus ideas y situar como enemigos a aquellos que sostienen tesis contrarias.
  • A los grupos parlamentarios, para que deroguen o reformen los artículos de la llamada “ley mordaza” que limitan el ejercicio libre del periodismo, sin respetar el derecho de información, pilar básico junto con la libertad de expresión de nuestra democracia.
  • A los gobiernos, para que dejen trabajar libremente a los periodistas de los medios públicos, respetando su independencia de criterio para que puedan ofrecer una información de calidad en beneficio de los ciudadanos. Y a los grupos parlamentarios, para que tramiten urgentemente la reforma de la ley de RTVE a fin de garantizar un servicio público plural que recupere la credibilidad entre los ciudadanos.
  • A los responsables de los medios, para que tomen medidas contra la desigualdad salarial entre hombres y mujeres, y contra los obstáculos que impiden la promoción profesional de las periodistas. Y para que actúen con inmediatez contra los casos de acoso a las periodistas en el trabajo, en las redes y por parte de las fuentes.
  • A la sociedad, para que valore que una democracia es más fuerte cuantas menos trabas se ponga a la libertad de prensa y al trabajo de los periodistas, sobre todo en una época de avalancha noticiosa que necesita más que nunca la visión de los informadores para distinguir la verdad de la mentira.
  • A los grupos parlamentarios, para que modifiquen la legislación a fin de que sea obligatoria la retribución a los becarios. La FAPE defiende que todo trabajo periodístico sea remunerado de forma digna. La precariedad salarial reduce el valor del periodismo como baluarte que es de la democracia.
  • A los periodistas, para que defiendan su independencia con firmeza y apuesten por un periodismo ajeno a los poderes. También para que respeten el derecho de las personas a su propia intimidad e imagen y el principio de que toda persona es inocente mientras no se demuestre lo contrario. La información jamás debe de estar supeditada al morbo, al espectáculo y al ensañamiento. Y en los debates, los periodistas debemos contribuir a la convivencia, nunca a la radicalización.

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