Manuel Bernal Rodríguez, In memoriam

La Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla, a través de su Decanato, “manifiesta su profunda tristeza por el reciente fallecimiento del Doctor Manuel Bernal Rodríguez, apreciado profesor del Departamento de Periodismo I”. En una nota, la decana Mª del Mar Ramírez Alvarado señala que “a Manuel le estamos agradecidos por su generosidad y por sus valiosas contribuciones al estudio de la comunicación, así como por su trabajo en la consolidación de nuestra Facultad desde sus inicios y hasta su jubilación”. La nota concluye diciendo que “trasladamos a su familia, amigos y discípulos, en nombre de toda la comunidad universitaria, nuestro más sentido pésame. Descanse en paz”

 

Tras su fallecimiento, el Departamento de Periodismo I de la FCom, le ha dedicado el siguiente obituario:

In memoriam de Manuel Bernal Rodríguez, por su magisterio y buen corazón.

Manuel Bernal Rodríguez nos ha abandonado haciendo mutis por el foro, como siempre dijo que haría. Se ha marchado sin molestar, sin dejar rastro, a la chita callando, como un verdadero estoico de esta Andalucía de los refranes que tanto estudió. A compás se explicaba y a compás se fue; sin llantos ni tragedias. Desde siempre sostuvo que su destino sería el silencio, madera vacua sin axiomas y sin fondo. Sin embargo, este particular modo de partir al más allá, ha dejado un tremendo vacío, un hondón oscuro y ceniciento en la memoria, un lejano y espinoso dolor de ausencia, al menos en sus dos últimos discípulos, que hasta el postrero momento siempre hablamos de él con absoluta veneración y sincero reconocimiento.

Fue un minucioso investigador de la cultura popular andaluza y un experto al que no se le escapaba ni un detalle de la obra del humanista sevillano Juan de Mal Lara, al que le consagró sus mayores desvelos y su prosa más cuidada. Impulsó con el ansia juvenil de los sesenta, la Cátedra Ignacio Sánchez Mejías de Comunicación y Tauromaquia, para que en estos momentos de impostura política quedara su legado como labor pionera en los estudios universitarios sobre ese universo taurino que le cautivó desde su más egregia juventud sevillana.

A Manuel Bernal le gustará que le recordemos como un hombre de letras epicúreo, derrochador de lecciones inolvidables en sus mayéuticas conversaciones de taberna, culto y enamorado de esos viajeros franceses e ingleses que en el siglo XIX construyeron el mito de la Andalucía romántica. Tras su alta y serena figura de prócer de la bonhomía, se escondía un rebelde sin causa que prefirió ganar batallas con astucia y mano izquierda como, por ejemplo, conseguir que Mariano Belenguer preparara las oposiciones a la titularidad o que Juan Carlos Gil centrara, de una vez por todas, su dispersa mente y se dedicara al estudio de la obra de Antonio Díaz Cañabate, que fue su última tesis dirigida y por la que recibió, como homenaje a su impagable perseverancia, el premio extraordinario.

Bernal, fue un hombre de saberes renacentistas, cuyo pensamiento se alimentaba de esa cosmología andaluza que está al alcance de los finos de inteligencia. Tras su paso por más de diez centros docentes, abandonó las tranquilas aguas de su cátedra de instituto, allá por el año 1989, para navegar por los procelosos mares de la Universidad, donde accedió a la titularidad de Redacción en el Departamento de Periodismo de la recién creada Facultad de Ciencias de la Información de Sevilla.

Gracias a su magisterio, supo desenmarañar el lío de los egos personales y culminó una de sus grandes obras como cirujano de aquel mastodóntico Departamento de Periodismo. Trabajo calculado, de pericia matemática, con el que consiguió la división sin sangre de la unidad administrativa. Para disfrutar del éxito mantuvo el cargo de Director en Periodismo 1 que, desde entonces, goza de un ambiente armónico, propenso para la amistad y la camaradería, un remanso de calma sugestiva y proclive para la investigación, de cuya estela y efluvios todavía seguimos disfrutando sus componentes.

Manuel Bernal será siempre el intelectual que portaba en su figura el donaire de la palabra exacta, de la lección profunda, que seguirá floreciendo, sin duda, en la memoria de sus muchos alumnos. Cuando le agasajamos en 2007 por su merecida jubilación con una jornada de profundo Humanismo celebrada en el Paraninfo de la Universidad, envolvió su discurso de despedida en el celofán del azar, ése que tanto asombró a Pedro Salinas, con el que él quiso homenajear a sus maestros allí presentes. En la mesa de autoridades alzó los ojos en busca de los espacios infinitos, como diría otro Manuel de sabia estirpe flamenca, y allí mismo fundió la filosofía con la sencillez, el misterio con el magisterio, la erudición con la evocación histórica.

La vida, que es una cucaña implacable, nos seguirá trayendo el testamento epicúreo y vital que nos dejó Manuel Bernal cada vez que disfrutemos de ese beso blanco que nos despierta cada mañana y nos huele a pan recién horneado. Descansa en la alegría que siempre transmitiste. Mi infinita gratitud, maestro.

Juan Carlos Gil González

Imágenes de la intervención de Manuel Bernal Rodríguez en el homenaje que, con motivo de su jubilación, organizó la Facultad de Comunicación en mayo de 2007 en el Rectorado de la Universidad de Sevilla: Jornada-Homenaje "Humanismo y Comunicacion" Profesor Manuel Bernal Rodríguez (La intervención de Manuel Bernal Rodríguez se inicia a partir de 1’27’ de grabación)

http://tv.us.es/jornada-homenaje-humanismo-y-comuniacion-profesor-manuel-bernal-rodriguez/

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