Profesores de la FCom galardonados por la APS

Tres profesores de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla, Pablo Juliá, Antonio López y Manuel Pedraz, han recibido reconocimientos a sus trayectorias en la gala de entrega del XXVIII Premio de la Comunicación de la Asociación de la Prensa de Sevilla. La entrega de estas distinciones ha coincidido con el 30 aniversario de la FCom, efemérides a la que se han referido varios de los protagonistas de la fiesta anual de los periodistas sevillanos.

 

 El acto se ha celebrado el 11 de febrero en la sede de la Fundación Cajasol con la presencia de la Presidenta del Parlamento Andaluz,  Marta Bosquet, del alcalde de Sevilla, Juan Espadas, y de numerosos profesionales de la información sevillana. También han asistido la directora de Comunicación de la US, Mª del Mar García Gordillo, y la decana de la FCom, Mª del Mar Ramírez Alvarado.

Manuel Pedraz ha recibido una de las menciones especiales del Premio de la Comunicación, en reconocimiento a los 25 años de Historias de papel, el suplemento de fomento de la lectura que presenta en RNE en Andalucía. La Junta Directiva de la APS ha nombrado Socio de Honor a Pablo Juliá, por su amplia trayectoria como fotógrafo, y ha entregado una Mención Especial a Antonio López, periodista de amplia trayectoria que en 2018 se ha convertido en 2018, tras años dedicado a la docencia, en Catedrático de Periodismo de la US.

El Premio de la Comunicación lo ha recibido el periodista de Canal Sur Valentín García Sandoval, que ha convertido en viral en redes sociales la etiqueta #yomecuro, en la que ha ido narrando el proceso del cáncer de pulmón que padece. El jurado del premio también ha concedido una mención especial al movimiento “Las Periodistas Paramos”, nacido en Sevilla, que en una acción sin precedentes en España lucharon en redes sociales por la unidad de las periodistas de cara a la huelga general feminista del 8 de marzo de 2018.

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Palabras de agradecimiento de Antonio López:

Creo, con Borges, que el título es un género, en su brevedad perfecta y versátil, y que el cícero puede medir los ángulos más algodonosos de las nubes. Creo que compartiremos las redacciones con robots y que estos escribirán noticias notables, pero también sé que nunca entenderán el alma de Madame Bovary.

Creo que los drones, imitando el sueño de Julio Verne, surcarán las venas de la Tierra para radiografiar su corazón. Creo que con el telégrafo nació el periodismo global. Creo que la tecnología sin pantalla nos colgará metáforas en el aire como si siempre hubiesen estado ahí, y que el periodismo, siendo otro, será el mismo, aunque con otros nombres.

Creo que el periodismo mejor escrito es literatura, o más. Creo que los datos contienen historias en sus partes oscuras y que la monetización del big data nos ayudará a descifrarlas, entrecruzando tablas, números y variables. Creo que la infografía más compleja es heredera putativa del Guernica y que la primicia es una patente por la que nadie tributa aranceles ni exige derechos de autor.

Creo, como es lógico, que el periodismo de calle y el periodismo de academia están condenados a entenderse. Creo, en definitiva, que el periodismo no ha muerto, sino más bien que está cambiando la piel.

En 2013, Lluís Basset escribió un libro sobre la extinción del periodismo con un título de película de suspense: El último que apague la luz. Por esta y otras razones, estamos aquí reunidos esta noche. Porque nadie quiere darle a la perilla y andar entre penumbras. El periodismo, expuesto lo dicho, puede parecer que es lo más parecido a una bombilla. Y tal vez lo sea. Sobre todo en tiempos de incertidumbre.

Gracias a la APS por este reconocimiento.

Se lo dedico a mis nietos.

Palabras de agradecimiento de Manuel Pedraz:

Quiero empezar agradeciendo al jurado que hayan distinguido, no tanto a mí o al programa, como al periodismo cultural, al que quiero hacer extensivo este reconocimiento. Porque no es nada fácil, con los tiempos que corren y en el sector en el que nos movemos, mantenerse mucho tiempo haciendo periodismo cultural.

Bien es verdad que yo lo he conseguido porque trabajo en una radio pública. Que parece que las empresas públicas sólo existimos para consumir presupuestos, pero ya ven que de vez en cuando también hacemos honor a ese servicio público que tenemos encomendado.

Y en este caso, más que servicio público casi tendríamos que hablar de cuestión de estado, que es como desde que empecé a editar el programa he defendido el fomento de la lectura, como una cuestión de estado en la que deberíamos implicarnos todos.

Por supuesto, las instituciones las primeras, pero no sólo ellas. Los medios de comunicación lo deberían asumir como parte de ese servicio a la sociedad que deben prestar. Porque cuando hablamos de fomentar la lectura no hablamos sólo de libros, de editoriales o de escritores; ni tan siquiera de cuestiones tan loables como luchar por una sociedad más justa, que se consigue de forma más efectiva con ciudadanos más leídos, más independientes. Hablamos también de comprensión lectora. Y esas son palabras mayores.

Pero vuelvo al periodismo cultural insistiendo en el agradecimiento al jurado por distinguir una de esas especialidades que sufre doblemente la situación de crisis que vive el sector. Porque (y no es sólo una queja recurrente) cuando vienen tiempos movidos, la primera que lo nota es la Cultura. También en el periodismo.

Son muchas las secciones de cultura que han caído desde que se inició la dichosa crisis. Desde aquí mi recuerdo a los periodistas que se han quedado en el camino, aunque a los culturetas nos pasa como a los curas, que nunca dejamos de serlo hagamos lo que hagamos. También lo nuestro es una especie de sacerdocio

Cuando hay que recortar páginas o tiempo, la cultura siempre en vanguardia. Y cuando toca valorar las noticias, al furgón de cola. Sólo las muertes parecen tener capacidad para saltar a primera. Y no siempre.

(Gracias Salvador por todo lo que nos has permitido disfrutar en estos años)

Y somos furgón de cola, no sólo en los medios de comunicación. De la política ni hablamos. La polémica generada estos días en torno a la Comisión de Cultura del Parlamento Andaluz (para algunos parece que sólo de memoria Histórica)  lo muestra a las claras. La última en importancia.

Por eso hoy quiero compartir esta distinción con un montón de compañeros que se parten la cara día a día en la trinchera del periodismo cultural, para conseguir espacio, visibilidad para los creadores. Porque no siempre encontramos comprensión y sensatez, con algunos jefes más preocupados por la política, la economía o, por supuesto, los sucesos, que por la cultura. (Yo por cierto, tuve uno que me permitió iniciar esta aventura de Historias de papel. Gracias Rafael).

Así que esta distinción, de alguna forma, también es de compañeros y muchos de ellos amigos (porque eso, sí, los culturetas somos piña, familia)… compañeros y amigos, digo, como Alfredo Valenzuela, Jesús Vigorra, Charo Ramos, Eva Díaz Pérez, Marta Carrasco, Jesús Morillo, Carmen Carballo, Amalia Bulnes, Carlos Mármol, Pepe Lugo, Viky Román, Esther Falero, Alejandro Luque, Ana Mercedes Cano, Braulio Ortiz, Jesús Barroso, Paco Camero, Mercedes Díaz, José María Rondón, Juan María Rodríguez, Paco Correal, las chicas de Edere… y algunos se me escaparán en este repaso de urgencia y a los que pido disculpas

Compañeros que lloramos juntos las miserias de los culturetas, pero también, y sobre todo, que disfrutamos de una profesión que además de darnos de comer (a algunos mejor que a otros… precariamente a la mayoría)… pues además del sustento nos permite el enriquecimiento personal y nos proporciona el lujo de tratar de cerca a los protagonistas de la cultura. Todo un privilegio. Un sueldo en especies que engancha y genera adicción

Y dos recuerdos antes de despedirme.

Hoy somos tres profesores de la Facultad de Comunicación los distinguidos en esta fiesta del periodismo sevillano. Y es un buen síntoma sobre la necesaria conexión que debe existir entre la profesión y la Facultad, justo cuando la FCom cumple 30 años en 2019.

Y tengo que terminar acordándome de mi familia. Porque yo, en estos 25 años, además de hacer el Historias de papel, he trabajado de lunes a viernes. No sé si me entendéis. Así que el tiempo del programa es el que le debo a mi familia y especialmente a Nieves, a Carmen y a Manuel.

Y un beso fuerte a mi madre, que anda un poco pachucha, pero que con sus 95 años todavía disfruta de estos momentos como nadie; y a mi hermana, que con sus oposiciones de magisterio me permitió estudiar lo que quería, me permitió (y a mucho orgullo) ser lo que soy: como diría un famoso seleccionador de baloncesto: PE-RIO-DIS-TA.

Muchas gracias