El cineasta José Luis Guerín en la FCom

La asignatura Escritura creativa, que se ofrece como optativa al alumnado del Grado de Comunicación Audiovisual y Doble Grado de Comunicación Audiovisual y Periodismo, organiza una serie de actividades prácticas, que incluyen encuentros con creadores para que compartan su proceso creativo. En esas actividades, que organiza la profesora que imparte la asignatura, Clara Macías, se enmarca la presencia en la FCom de José Luis Guerin el 7 de junio, en una sesión virtual de 17:30 a 19:30 horas.

Con motivo de esta actividad, desde Escritura creativa, se ha hecho pública la siguiente semblanza, que firma el crítico de cine Miguel Marías:

• José Luis Guerín, nacido en 1960, ganó el Premio Nacional de Cinematografía con su película más conocida hasta ahora, el muy personal documental En construcción (2000), su cuarto largo en más de 20 años, que abordaba el impacto de las reformas de “gentrificación” sobre los moradores del barrio barcelonés del Raval. Conseguía así afianzar una trayectoria original y aparentemente desarraigada: su primer largo, Los motivos de Berta, se rodó en tierras castellanas; el segundo, Innisfree, en la zona de Irlanda donde aún se recordaba la filmación de El hombre tranquilo de John Ford, y la presencia de John Wayne; la tercera, Tren de sombras, en Francia, descubría el secreto oculto durante años tras unas viejas películas familiares. A partir de ese momento, su filmografía, cada vez más nómada y viajera – como ilustra Guest -, continúa bordeando las muy difusas y fértiles zonas de confluencia y contacto entre el documental y la narración de ficciones, unas veces en-lazándolas y otras repartiendo las películas a un lado u otro de esa especie de frontera móvil, y al-ternando los largometrajes, los cortos y hasta las instalaciones destinadas a museos. Es más, aunque la mayoría de sus películas podrían calificarse de colecciones de retratos de personas/personajes reales, hay también algunas – más breves – totalmente despobladas de seres humanos, y dedicadas a explorar lugares o edificios singulares, como Le Saphir de Saint-Louis y De una isla. Esto hace que su cine resulte muy a menudo sorprendente, pues parte en una dirección distinta de la que parecía invitar a continuar en la ocasión precedente, y que unas veces predomine una tonalidad de comedia ligera y otras surjan acentos graves y hasta dramáticos – véanse Unas fotos...en la ciudad de Sylvia, En la ciudad de Sylvia, La academia de las musas - debido precisamente a que Guerín es un cineasta verdaderamente concernido por las personas con las que se encuentra y traba relación, que así pasan de ser desconocidos a amigos quizá transitorios pero que le importan y a los que acepta como son, sin juzgarlos. Lo que equivale a insinuar que conviene ver cuanto hace para llegar a un conocimiento cabal de su cine de búsqueda y captura de lo no perceptible a simple vista y sin una estrategia de espera y de trato con los personajes que es quizá el rasgo más constante de su estilo, persuasivo hasta en evocaciones como Recuerdos de una mañana o en la Correspondencia con Jonas Mekas.

Miguel Marías, crítico de cine, mayo de 2021.

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