Fernando Franco cursó la licenciatura de Comunicación Audiovisual en la vieja sede de Gonzalo de Bilbao de la Facultad de Comunicación. Estuvo desde 1994 a 1998 de forma discreta, aunque brillante (su expediente está lleno de matrículas de honor) por las aulas, la videoteca y los pasillos de aquel laberinto que era la facultad entonces. Yo lo conocí en su tercer curso, cuando en la asignatura de Narrativa Fílmica dejaba entrever su pasión por el cine, su madurez y su actitud crítica para mirar películas y descubrir cosas más allá que la media de los alumnos a esa edad. Coincidía con él -y con Nacho Arenas y Clara, el trío inseparable- en las salas de cine y comentábamos muchas veces las películas que veíamos. Recuerdo que aunque solía atraernos las mismas,  a veces discutíamos en posiciones encontradas sobre algunas obras.

Fernando era un chico respetuoso e incluso yo diría que tímido, aunque valiente, seguro de sí mismo y lleno de referencias cinematográficas. Las clases de Narrativa eran mejores con los comentarios y las sugerencias de ese trío exigente y refrescante que formaba con sus dos compañeros… Me lo pasaba bien con ellos.

Fernando además de brillante era muy creativo y tenía una fuerte vocación por oficios de cine… Yo llevaba ya casi 10 años impartiendo clase, pero por primera vez en mi carrera dije a un alumno que lo vería alguna vez por la tele en la ceremonia de los Goya recogiendo un premio…  Es que había algo en su manera de mirar el cine que lo hacía distinto.

Cuando terminó la Licenciatura se marchó a estudiar en Escuela de Cinematografía y Audiovisual  dela Comunidad de Madrid (ECAM), donde se especializó en montaje. Empezó a dirigir cortos, documentales, a trabajar en algunas películas como montador/editor  y le seguí la pista cuando venía a recoger algún premio a Sevilla, donde sigue residiendo su familia.

Hoy es un valor sumamente interesante del cine español y alterna sus actividades como director, productor y montador con la docencia. Es el jefe de la Especialidad de Montaje de la ECAM y colabora con centros como la Universidad Pompeu Fabra, la Autónoma de Barcelona, la ESCAC y la Escuela de Cine y TV de San Antonio de los Baños (Cuba).

Recuerdo especialmente el día que vi en pantalla grande la película Blancanieves de Pablo Berger. Al terminar estaba  deslumbrada por lo que había visto,  y no me sorprendió leer  en los créditos finales el nombre de Fernando Franco como montador. Por eso cuando esta película obtuvo una Nominación al Goya al Mejor Montaje (2013) pensé que aquella intuición no tenía mérito… era un simple flashforward de los que yo explicaba todos los años en la clase de Narrativa.

Esa vez el Goya se le resistió, pero en 2013, su primer largometraje de ficción cosecha una enorme cantidad de premios. Por citar algunos, La herida obtiene en 2014 el Goya al Mejor Director Novel y también el de la Mejor Actriz Protagonista, el Premio especial del Jurado y la Concha de Plata a la Mejor Actriz del Festival de Cine de San Sebastián, el Fotogramas de Plata a la Mejor Película Española, el Premio Forqué a la Mejor Película, y es nominado como Mejor Director Novel por la European Film Academy.

https://www.fernandofranco.com/

En 2016 vuelve a ser nominado a los Goya por el montaje de Que dios nos perdone, de Rodrigo Sorogoyen y al año siguiente estrena su segundo largo, Morir. Enl 2018 fue el montador de la película Viaje al cuarto de una madre, de la también alumna de nuestra facultad Celia Rico.

Me gusta como organiza los silencios en su cine, tanto en las películas que dirige como en las que se responsabiliza del montaje. Es un verdadero lujo sentir sus ritmos pausados y los momentos callados en este momento social de prisas, de muchos estímulos al mismo tiempo y de anular la capacidad de reflexión en beneficio del ruido y el bombardeo de palabras e imágenes. Sus historias son potentes, poderosas y llenas de matices… pero su forma de narrar no necesita ampulosidades ni manierismos. Me gusta mucho como Fernando Franco cuenta las cosas.

Por eso, Fernando, fue un verdadero placer conocerte, darte clases y compartir charlas en  la FCom aquellos años.

​

​